La oclusión dental se refiere a la forma en que sus dientes se relacionan entre sí.
Para una oclusión ideal, es necesario establecer una correcta relación entre las mandíbulas y un correcto posicionamiento dental, asegurando el mantenimiento de todas las funciones orales – masticación, habla, deglución y estética.
Una oclusión incorrecta puede alterar una o más de estas funciones, así como causar cambios patológicos en la articulación temporomandibular (ATM), lo que puede provocar disfunciones temporomandibulares, resultando en dolores de cabeza o cuello, cambios en la postura, ruidos articulares (chasquidos), zumbidos en los oídos, limitaciones al abrir y cerrar la boca, desgaste dental y dificultad para masticar.
Una de las patologías más frecuentes relacionadas con la oclusión es el bruxismo, término utilizado para referirse al rechinamiento de los dientes, especialmente durante el sueño, provocando desgaste dental.